En patinete tras las huellas de los peregrinos hacia Santiago de Compostela
| Vendula KosíkováA pesar de que, como un verdadero peregrino, comenzó su viaje en el umbral de su casa, y fue de iglesia en iglesia en su camino a Santiago, el aspecto espiritual del viaje no fue su motivación principal. Lo era el deseo de conocer países extranjeros, otras culturas, formas de vida y, esta vez, también una nueva forma de viajar.
Josef Rychtar, de 43 años, llevaba muchos años pensando en el viaje a Santiago, sólo que durante mucho tiempo no pudo realizarlo debido a obligaciones laborales y familiares, hasta que el año pasado, a mediados de agosto, de nuevo como en su juventud, se calzó los zapatos de caminar y por fin se puso en marcha... esta vez en patinete.
Por qué en patinete
El viaje de Josef en números
- 3 200 km
- 46 días
- 0 experiencias negativas
- 1 par de zapatos nuevos desgastados
- 75 km al día de media
- 108 km al día – un récord personal a lo largo del río francés Isère
- 15 kg de peso perdidos
- 450 km caminando (casi siempre empujando el patinete cuesta arriba)
- 1000 km de descenso, sin esfuerzo
- 6 empujes cada 100 metros en terreno llano – porque un patinete cargado tiene una inercia tremenda
„Habría tardado hasta 4 meses en llegar a Santiago a pie, 4 semanas en moto... Tenía uno o dos meses libres, así que opté por el patinete. Me decía: para subir las montañas caminaré, y bajando me llevaré en el patinete. Además, empujar el patinete hacia arriba no es tan embarazoso como empujar caminando la bici.
Como me vuelven loco las cosas de diseño, a la hora de elegir, a primera vista me llamó la atención el Yedoo Trexx Disc. Al probarlo por primera vez en la feria For Bikes, me decidí. El Trexx cumplía con todo lo que esperaba de un patinete para viajes. Es como un anfibio: excelente tanto para la carretera como para el terreno irregular y además, su diseño me encanta de verdad.”
Lo único que modificó antes de salir de viaje fueron los cables de la rueda delantera, que cambió por unos negros de descenso.
“Puse los más fuertes que existen. Quería estar seguro de que el patinete aguantaría el peso generado por el equipaje y también mis 120 kg de entonces.
Por el camino, solo cambié las pastillas de freno – hice poner las que están destinadas para las bicicletas eléctricas de modo que hasta el final de mi viaje estaría a salvo. Aparte de haber pinchado 2 veces la rueda trasera, no tuve absolutamente ningún problema técnico.”
Viajar con muchas cosas y poco dinero
Coste del viaje
Josef Rychtar gastó en total más de 40 mil coronas checas (unos 1600 euros). En este presupuesto estaban incluidos los gastos de su mujer y su hijo que le hicieron compañía durante los primeros 300 km (unas 10 000 CZK - 400 euros) y el billete de Oporto a Praga (unas 7 000 CZK- 280 euros). Gastó entre 15 y 30 euros por día, dependiendo de si dormía en un camping o a la intemperie.
Los peregrinos que duermen en pensiones y la mayoría de las veces comen en restaurantes pueden gastar hasta 140 000 CZK (unos 5500 euros).
Josef salió de viaje el 15 de agosto 2023, cuando el calor ya se ha ido y las noches aún son templadas en los Pirineos. Y como le gusta la independencia, llevaba todo lo que necesitaba: ropa, tienda de campaña, saco de dormir, comida y utensilios para cocinar.
“Quería dormir a la intemperie (solo a veces en un camping, para poder ducharme y cargar mis dispositivos electrónicos), tener libertad absoluta, no tener que ir apurado, dejar que las cosas fluyeran y solucionar los problemas solo cuando aparecieran.”
Cosas como la tienda de campaña, el saco de dormir, la colchoneta y el hornillo lo llevaba en las alforjas delanteras, y la ropa y lo demás lo llevaba en el remolque que había comprado en http://extrawheel.com. “Este remolque - el Voyager-Pro es el único que tiene la anchura del eje trasero ajustable, se desplaza bien en llano y aunque la velocidad recomendada son 25 km por hora, hice hasta 50, solo tenía que tener cuidado de no dejarlo demasiado suelto al ir cuesta abajo.”
15-30 euros por día
Aunque no sea necesario, a Josef le gusta viajar con un presupuesto reducido. Se inspiró en el viajero Pavel Knébl y su «ecología primitiva y genial».
“El límite económico hace de un viaje común una aventura mágica que te fuerza a salir de tu zona de confort. Al no saber dónde pasaré la noche me abro a todas las posibilidades, ideas espontáneas y soluciones poco tradicionales. Me gusta dejarme sorprender por lo que traerá el viaje y el universo.
Gracias a este enfoque, por ejemplo, he podido conocer el modo de vida francés. Conocer a los lugareños, ver cómo viven, ésa es en realidad una de las razones por las que viajo.”
Dostál, Knébl y Mangels
Los países lejanos atraían a Josef ya desde su infancia, devoraba series, libros y documentales de viajes.
Cuando Josef Rychtar viajó en bicicleta desde Volyně a Noruega en busca de trabajo, sólo llevaba 250 euros en el bolsillo (5 euros por día). Al día siguiente, recibió 50 euros de su mejor amigo para que tuviera buena suerte en su viaje. En Dresde, un señor le regaló 20 euros para el viaje. Unos años más tarde, Josef pasó por su casa (tenía todavía su tarjeta de visita) y le llevó un filete de salmón ahumado gigante y le enseñó una película que había rodado de camino a Noruega.
A la edad de dieciséis años emprendió su primer gran viaje, esta vez en bicicleta desde su Volyně natal hasta Hlubočec, cerca de Ostrava, para conocer a Vítězslav Dostál, el primer checo que dio la vuelta al mundo en bicicleta. “Me dijo que ese verano, yo era la persona número 300 que iba a visitarlo, me invitó a tomar un té, nos dimos la mano, nos hicimos una foto y yo volví pedaleando. Mi viaje duró una semana.”
Josef también se inspiró mucho en Pavel Knébl y su libro «Vagar sin más», (en checo «Putování pro nic za nic»), y en el aventurero australiano Alby Mangels que se hizo famoso en los años 70 por sus relatos de viajes en películas independientes.
Hasta la fecha, Josef ya ha recorrido casi medio mundo, incluidos los EEUU, Australia, Corea del Sur, Europa y Nueva Zelanda, donde vivió y trabajó con su mujer durante algún tiempo.
Su alma aventurera se refleja también en su profesión: trabaja en Noruega como conductor de un camión hormigonera. Pasa un mes en obras en los alrededores de Oslo y otro en casa con su familia.
Encuentros inesperados
“El patinete es como un imán que atrae a la gente, nunca he recibido tanta atención en mis viajes anteriores. La gente se pone a hablar conmigo, quiere saber si el patinete tiene motor, adónde voy, de dónde soy, etc. Como ya he mencionado, algunos incluso me llevaron a su casa y me ofrecieron hospedaje o comida.
En este sentido, debo decir que el patinete me sorprendió gratamente. El mundo es diferente de cómo se presenta en las redes sociales. En realidad, solo encontré buenas personas.
Hay ladrones por todas partes, sí, y por eso pongo el candado a mi patinete cuando voy a la tienda, y llevo una tienda de campaña grande para pasar la noche donde meto todas mis cosas, incluido el patinete. Duermo bien sabiendo que tengo todas mis cosas conmigo.”
Francia y los Pirineos me dejaron pasmado
„De todos los países que recorrí en mi camino hacia Santiago de Compostela, Francia fue el que más me impresionó. Gente encantadora, muchos lugares de interés y pequeñas ciudades preciosas con un ambiente mágico.
También me cautivaron las largas avenidas de plataneros, los Alpes de Saboya y el viaje por la costa francesa. También me gustaron mucho los Pirineos, allí seguro volveré.
Me impresionó mucho la fortaleza medieval de Carcassonne, el edificio futurista del Museo Guggenheim de Bilbao y la Universidad de Gijón, el edificio más grande de España.
Documental-película
Como Josef no tenía ni la menor idea de cómo se las arreglaría con el viaje en patinete sin entrenamiento previo, solo compartió sus experiencias del viaje a Santiago en un pequeño grupo de WhatsApp con familiares y amigos.
Pero por el camino recopiló un montón de material filmado, que editó en un documental a su vuelta. Échale un vistazo, quizá te inspire para vivir una aventura similar en patinete.
La próxima a Japón o de ruta por la República Checa
Para Josef Rychtar, éste no ha sido su último viaje en patinete. Ya está haciendo planes para recorrer Japón, y este verano le gustaría salir en patinete a hacer la ruta que atraviesa República Checa.
Esta vez irá con el patinete Yedoo Wolfer, modificado a medida con ruedas de 27,5 pulgadas delante y atrás. „Creo que el patinete con dos ruedas igual de grandes me permitirá alcanzar una mayor velocidad con menos empujes. Para viajes largos con mucho equipaje es, en mi opinión, una solución ideal."